domingo, 25 de abril de 2010

MANUEL DE AZAMOR Y RAMÍREZ, OBISPO DE BUENOS AIRES

Manuel de Azamor y Ramírez.


Universidad de Osuna.


Por Sandro Olaza Pallero




Manuel de Azamor y Ramírez fue un prelado en la Ilustración antes que un prelado de la Ilustración. No procedía espiritualmente de ella ni le pertenecía por otros conceptos, si bien la misma puso el ámbito cultural en el cual le tocó pensar y actuar. Si compartía a veces opiniones iluministas, que se respiraban en el ambiente, la filiación de esas opiniones no correspondía a las corrientes de moda, sino que se remontaba a las fuentes cristianas tradicionales. Nació en Villablanca (Sevilla) el 22 de octubre de 1733, hijo de Domingo Lorenzo de Azamor y de Sebastiana Díaz Ramírez, en el seno de una de las familias más distinguidas del marquesado de Ayamonte. Bautizado en la iglesia parroquial, cuando aún no tenía dos semanas por el cura Dr. Manuel Rodríguez Azamor, hermano o primo de su padre.
Inició los cursos de Artes en el colegio dominico de Santo Tomás (Sevilla), donde tres años de Filosofía y cuatro de Teología le dieron una sólida formación tomista. El 7 de diciembre de 1756 ganó una beca en el Colegio de la Purísima Concepción de Osuna, continuando luego sus estudios en la Universidad de esa ciudad, obteniendo los grados de bachiller, licenciado y, en 1765, el doctorado en Teología, y en Cánones y Leyes.
Fue ordenado sacerdote en 1768 e ingresó como canónigo de la iglesia colegial, fundada por Juan Téllez Girón, conde de Ureña y cuyos sucesores los duques de Osuna, prestigiaron a la villa con una universidad y colegio. Abogado en la Real Audiencia de Sevilla, se desempeñó también como catedrático de leyes y juez canciller de la universidad de Sevilla y diputado ante Pablo de Olavide, funcionario de la corona que trataba de suprimir el colegio y universidad de Osuna. Posteriormente fue abad de la iglesia colegial y tesorero de la Catedral de Cádiz.
El 20 de diciembre de 1784 propuesto por el ministro José de Gálvez, fue elegido por Carlos III para ocupar la sede episcopal de Buenos Aires, nombramiento que fue confirmado por el papa Pío VI el 27 de junio de 1785. Por esa época, Azamor tenía fama en la corte por su sólida literatura como teólogo y jurista, y Gálvez elogiaba su “virtud, literatura, don de gobierno y amor a la paz”. Consagrado obispo en Cádiz el 15 de octubre de 1786, partió a Buenos Aires, arribando a Montevideo el 11 de marzo de 1788, donde se aloja en el convento de San Francisco. El 10 de mayo desembarca en Buenos Aires y lo espera el secretario de la Intendencia, Juan de Andrés y Arroyo, con el coche de su superior, Francisco de Paula Sanz, quien lo conduce al convento de San Francisco.
Tras la partida de su antecesor, entre el 13 de febrero de 1784 y el 16 de abril de 1788, la diócesis había sido gobernada por el arcediano José Miguel de Riglos, quien estaba influenciado por el canónigo Juan Baltasar Maciel.
En Buenos Aires se alojó en el local del Seminario –que había empezado a funcionar en 1784-, al encontrarse el palacio episcopal en estado ruinoso, allí viviría hasta su muerte. Inició su obispado requiriendo informes a los párrocos acerca de las licencias otorgadas durante el período de la sede vacante.
Continuó ayudando la tarea de la beata santiagueña María Antonia de la Paz y Figueroa en la promoción de los ejercicios espirituales y en el culto de San Ignacio, induciéndola a extender su iniciativa a Montevideo. Consiguió concluir el conflicto en el monasterio de las tres monjas capuchinas rebeldes, que escandalizaba a la comunidad desde el obispado de Manuel Antonio de la Torre. Con la intención de ordenar las finanzas de la diócesis fijó las cantidades de dinero que debían recibir los curas anualmente y pidió a los aspirantes al sacerdocio que procuraran una capellanía colativa de 4.000 pesos o patrimonios laicales de 2.000 pesos para su manutención.
Estableció exámenes de teología moral y de retórica para los clérigos, y dispuso que para que se concursaran las vacantes de los curatos para que en las oposiciones los candidatos se esforzaran en mejorar su formación, según venía sucediendo en España.
El 25 de marzo de 1791 inauguró la parte interior de la Catedral Metropolitana de Buenos Aires con una solemne procesión con el Santísimo y la imagen de San Martín de Tours, patrono de la ciudad, desde el antiguo templo de la Compañía de Jesús que servía entonces de Iglesia matriz.
Aportó a Buenos Aires una biblioteca con 969 títulos, que ascendían a 1.069 al momento de su muerte y constituirían la base de la futura Biblioteca Pública creada por la Primera Junta de 1810. Los volúmenes fueron alojados tras su desembarco en una sala que el obispo alquiló a Cornelio de Saavedra.
Extremadamente culto, Azamor escribió un ensayo titulado “De Tortura”, en momentos en que en la madre patria se mantenía una polémica entre reformistas y tradicionalistas, fundamentalmente entre Alfonso María de Acevedo y Pedro de Castro. Azamor estimaba que la tortura no solo era injusta sino también inútil: desde la perspectiva del juez es falible, no es confiable por surgir del temor del apremio y no desvanece por tanto los indicios de inocencia o culpa, y desde la perspectiva del reo la no confesión no quita totalmente la infamia. Afirmaba que “la tortura a semejanza del juez ignorante no distingue entre el culpable y el inocente y aun en el caso de que fuera buena para aquél, siempre es mala para éste”.Mariquita Sánchez recordaba que las autoridades religiosas eran muy celosas de sus prerrogativas y privilegios y con frecuencia había roces con el poder civil, como el suscitado entre el virrey Melo y el obispo Azamor. Durante su episcopado surgieron problemas con el virrey, la Real Audiencia y el Cabildo secular. Las relaciones con el virrey Loreto no fueron buenas, y el conflicto se suscitó porque cuando el obispo arribó al Río de la Plata, éste no se lo hizo saber, aunque sí al gobernador intendente. Además, porque en vez de visitar a Loreto, Azamor se había encaminado a su hospedaje en el convento de San Francisco, donde después de haber recibido muchos cumplidos, fue posteriormente al fuerte a saludarlo.
Tampoco fueron cordiales las relaciones con el virrey Melo de Portugal, con quien trataría el obispo hasta su fallecimiento, es decir durante un año y medio. La cuestión se origina porque Azamor toma partido por fray Pedro Nolasco Barrientos, nombrado por él en abril de 1796 como teólogo asistente para las oposiciones en la canonjía magistral, y esto disgusta al virrey. Las relaciones del obispo con la Real Audiencia tampoco fueron afables, pues estaban de por medio temas como la vicaría castrense y la inmunidad eclesiástica. Daisy Rípodas Ardanaz destaca que en sus vinculaciones, Azamor no hizo distinciones entre peninsulares o criollos.
A fines de 1793 su estado de salud empeoró, pero en 1795 dio inicio a la visita pastoral de su extensa diócesis. Los médicos Miguel Gorman, Cosme Argerich, Agustín Eusebio Fabre, Miguel de Rojas y José Ignacio de Areche coincidían en que su dolencia era grave y la caracterizan como “inflamación o absceso al hígado, con retoque al pulmón y encharque de humores en las entrañas”. Pero encontrándose a 40 km al norte de San Antonio de Areco sufrió un ataque cardíaco. El 2 de octubre de 1796 entregó el alma a Dios, después de 34 días de dolorosa enfermedad. Después de recibir los homenajes de las órdenes religiosas y del pueblo, fue sepultado en la Catedral Metropolitana.
En su testamento se preocupó por favorecer a sus parientes, familiares y criados. A sus sobrinos Manuel y Agustín, que le hicieron servicios les lega la mitad de la casa paterna de Villablanca, y un sueldo anual de 500 pesos respectivamente. A su sobrino menor Mateo, colegial, le destina por la orfandad en que quedará, 1.000 pesos para que prosiga sus estudios o siga la carrera que quiera. Respecto de sus esclavos, deja al mulato que trajo de España y al negrito aprendiz de sastre, libres sub condicione, y fija a los otros cinco precios de venta bajos para que puedan adquirir su libertad más fácilmente.




La librería del obispo Azamor


La biblioteca del obispo Manuel Azamor y Ramírez legada para la fundación de una biblioteca pública anexa a la Catedral de Buenos consta de unos 1227 volúmenes. Los libros, traídos en su mayoría de España cuando fuera designado obispo de Buenos Aires en 1785, fueron alojados tras su desembarco en una sala que el obispo alquiló a Cornelio de Saavedra. En 1796, tras la muerte del obispo fueron trasladados a los Reales Almacenes, luego, por carencia de un lugar adecuado en la catedral fueron depositados en un buen salón del Fuerte, cuando –previa extracción de los prohibidos- la colección devueltas a la Iglesia, que los ubicó en un salón del Seminario, hasta que por disposición de la Primera Junta los libros debieron ser entregados a la recientemente fundada Biblioteca Pública de Buenos Aires, la cual no abrió sus puertas hasta abril de 1812. La mayor parte de los libros son sobre espiritualidad, catequesis y formación teológica, aunque algunos de los volúmenes tratan temas filosóficos. Los libros están depositados actualmente en la Sala del Tesoro.
Los títulos más relevantes son los siguientes:




• Agustín, San, La ciudad de Dios, Madrid, 1614.
• Agustín, San, Libri XXII de Civutate Dei castigati et illustrati opera Monachorum
Parisiensium Sancti Mauri
, Neapoli 1748.

• Agustín, San, Confessionum libri tredecim, Colonia, 1604.
• Aliaga, Juan de, Quaestiones commentariae in 1.2. Divi Thomae, Salmanticae, 1726-
1732.
• Almeida, Teodoro de, El hombre feliz, independiente del mundo y de la fortuna,
Madrid 1785-1786.
• Antonio, San, Summa theologica, Veronae, 1740.
Appendix Augustiniana, in qua sunt S. Prosperi carmen de Ingratis, cum notis
lovaniensis theologi; ... Joanis Garnierii... dissertationes pertinentes ad Historiam
pelagianam; Pelagii Britanni commentarii in Epistolas S. Pauli; ac denique Des.
Erasmi, Joan. Lud. Vivis, Jacobi Sirmondi, Henrici Norisii, Joannis Phereponi et
aliorum Praefationes, Censurae, Notae et Animadversiones in omnia S. Augustini
opera
, Antuerpiae, 1703.

• Aristóteles, De rhetorica, Londini, 1619.
• Aristóteles, Metaphysicorum... lib XIII, Lugduni, 1561.
• Bacon, Rogerio, (--------, 4° mayor) II 439.
• Bancel, Luis, Moralis Divi Thomae Aquinatis, Venetiis, 1757-1758.
• Bayle, Pedro, Dictionnaire historique et critique, Amsterdam, 1740.
• Bergier, Nicolás S., El deísmo refutado por sí mismo o examen de los principios de
incredulidad esparcidos en las diversas obras de M. Rosseau
, Madrid, 1777.

• Boecio, Severino, De consolación, Valladolid, 1604.
• Calatayud, Vicente, Divus Thomas cum Patribus ex Prophetis locotus... sive
Dissertationes theologicae scholastico-dogmaticae, et mystico-doctrinales ad sensum
et litteram Divi Thomae
, Valentiae, 1744-1752.

• Casiodoro, Mario Aurelio, Opera, cum notis et indicibus copiosissimis, Parisiis,
1588.
• Casiodoro, Mario Aurelio, Opera omnia quae extant, Genevae, 1637.
• Castell Ros y Medrano, Diego, Tractactus de arbitrio humano lapso a necessitate
libero a Deo, per gratiam praevenientem, ad comsensum salutarem excitato et
adjunto
, Complutis Regalis, 1707.

• Castro, Pedro, Defensa de la tortura y leyes patrias que la establecieron, e
impugnación del tratado que escribió contra ella el doctor D. Alfonso María de
Acevedo
, Madrid, 1778.

• Clemente, Alejandrino, Opera quae extant, Oxonii, 1715.
• Collados, Salvador, Manifiesto que hace el doctor don XXXX contra el atentado
ruidoso de algunos profesores tomistas, con que intentaron día 27 de febrero del año
de 1731 impedir a un profesor jesuita que leyese en la oposición a la magistral de
Toledo la conclusión que eligió acerca de la eficacia intrínseca de la gracia
, Madrid,

1731.
• Collegium Salmanticense, Cursus Theologicae moralis, Venetiis, 1750.
• Collegium Sancti Thomae Complutense, Cursus philosophicus, Compluti, 1759.
• Collegium Sancti Thomae Complutense, In universam Aristotelis logicam
quaestiones
, Compluti, 1737.

(Cokmpendium summularum logicae, phisycae [edic. extranjera], 3 v. 12°) I, 565.
• Duns Scoto, Juan, Quaestiones quator voluminum scripti oxoniensis super
sententias, et quodlibeta
, Romae, 1754-1755.

• Esopo, Fabulae ex quinque phoedri libri selectae, Sevilla, s.a.
• Etienne (Stephanus), Carlos, Dictionarium historicum, geographicum, poeticum...,
Lugduni, 1595.
El éxito de la muerte, correspondiente a la vida de los tres supuestos heroes del siglo
XVIII, Voltaire, d´Alembert y Diderot
, Madrid, 1792.

• Fenelon, Francisco de Salignac de la Mothe, Les aventures de Télémaque,
Amsterdam, 1734.
• Ferrari, José Antonio, Veteris et recentioris philosophicae dogmata Joannis Dunsii
Scoti subtilium principis doctrinis accomodata
, Venetiis, 1737.

• Ferrer, Vicente, Epitome cursus theologici ad mentem D. Thomae, Valentiae, 1734-
1759.
• [Gabriel de Jesús, Fray, Promptuarium thomisticae theologiae (edic. extranjera), 8°.]I, 558; II, 786.
• Galmace, Antonio, Llave nueva y universal para aprender con brevedad y perfección
la lengua francesa sin auxilio de maestro
, París, 1753.

• Gallegos, Francisco, Bellum metaphysicum de ente reali, Granatae, 1748.
• Goudini, Antonio, Phisicolophia thomistica juxta inconcussa tutissimaque divi
Thomae dogmata
, Matriti, 1774-1775.

Gradus ad Parnassum, sive bibliotheca Musarum, vel Novus synonymorum,
epithetum, phrasium poeticarum, ac verssum thesaurus
, Lugduni, 1742.

[Gramática griega, 4°] I, 618.
• Gretser, Jacobo, Institutiones linguae graecae, Lugduni, 1618.
• Guyon Claudio María, El oráculo de los nuevos filósofos, Madrid, 1770-1775.
• Herce, Miguel de, Tractatus theologici juxta miram par. Anselmi et D. Thom.
doctrinam
, Madrid, 1760.

• Hipócrates, Las obras de XXX más selectas, Madrid, 1757-1761.
• Horacio Flaco, Quinto, Arte poética de XXX o Epístola a los Pisones, Sevilla, 1777.
Index Librorum Prohibitorum, ... jussu recognitus atque editus, Romae, 1758.
Indice último de los libros prohibidos y mandados a expugnar, Madrid, 1790.
• José del Espíritu Santo, Fray, Cursus theologiae mystico-scholastica, Hispali-Matriti,
1730-1740.
• Juan de Santo Tomás, Fray, Finezas de Jesús sacramentado para con los hombres e
ingratitudes de los hombres para con Jesús sacramentado
, Madrid, 1738.

• Lactancio, Lucio Cecilio Firmiano, Opera omnia, Lutetiae Parisiorum, 1748.
• Lombardo, Pedro, Sententiarum libri quatuor, Antuerpiae, 1757.
• Losada, Luis de, Vida que el siervo de Dios Gregorio López hizo en algunos lugares
de la Nueva España
, Madrid, 1642.

• Massoulié, Antonio, Divus Thomas sui interpres de divina motione et libertate
creata
, Romae, 1692-1693.

• Mayr, Antonio, Philosophia peripatetica antiquorum principiis et receptiorum
experimentis comformata
, Venetiis, 1755.

• Montalbán, Juan de, Disputationes theologicae in Priman Partem Divi Thomae,
Salmanticae, 1729-1731.
• Montesquieu, Carlos de Secondat, Barón de, Ouvres, Amsterdam-Lausanne, 1761.
• murcia de Llana, Francisco, Selecta in universam Aristotelis Philosphiam doctrinea,
quae in Complutensi Academia versatur
, Madriti, 1604.

• Nieremberg, Juan Eusebio, Curiosa y oculta filosofía. Primera y segunda parte de
las maravillas de la naturaleza
, Alcalá, 1649.

• Orígenes, Opera omnia, Parisiis,1733.
• Pedro Damiano, San, Opera omnia, Parisiis, 1743.
• Pourchot, Edmundo, Institutiones philosophicae, Lugduni, 1733.
• Prudencio, Aurelio Clemente, Camina ..., Romae, 1788-1789.
• Raynal, Guillermo, Histoire philosophique et politique des établissements des
européens dans les edeux Indes
, Amsterdam-La Haye, 1774.

• Reiffeenstuel, Anacleto, Theologia moralis, Venetiis, 1727.
• Reisch, Jorge, Margarita philosophica, rationalis, moralis philosophicae principia
duodecim libris dialogice complectens
, Basileae, 1535.

• Roselli, Salvador María, Summa philosophica ad mentem..., Romae, 1777.
• Sánchez, Angel, Filosofía del espíritu y del corazón, Madrid, 1785- 1786.
• Sánchez, Pedro, Quodlibeta Divi Thomae Aquinatis, Hispali, 1719.
• Schnell, Anselmo, Cursus Theologiae scholastico-thomisticae, Augustae
Vindelicorum, 1744.
• Seneca, Lucio Anneo, Opera quae exstant integris Justi Lipsii, J. Fred. Gronovii et
selectis variurum commentariis illustrata
, Amstelodami, 1672.

• Soarez, Cipriano, De arte rhetorica libri tres, Antuerpiae, 1621.
• Solórzano Pereyra, Juan de, Política indiana, Madrid, 1776.
• Tauler, Juan, Saludables y verdaderamente divinas instituciones o enseñanzas, que
nosinstruyen como, por medio de los ejercicios espirituales de oración y virtudes, se
llega a la amable unión con Dios
, Madrid, 1669.

• Tertuliano, Quinto Septimio Florente, Apología de XXX contra los gentiles, en
defensa de los cristianos
, Madrid, 1657.

• Tertuliano, Quinto Septimio Florente, Opera, Lutetiae Parisiorum, 1675.
• Tesauro, Manuel, Filosofía moral derivada de la alta fuente de grande Aristóteles
Stagirita
, Madrid, 1723.

Thaeses philosophicae, Ex unisersa philosophia deproptae atque pro complemento
triennnalis philosophici cursus in Regio Cordubensi Licaeo propugnandae. Quas
Illmo, In Civitate Bonaerensi
, 1789.

• Toledo, Francisco, Intriductio in dialecticam Aristotelis, Matriti, 1620.
• Tomás de Aquino, Santo, Commentaria in libros Aristotelis “Peri Hermenias” et
“Posteriorum analyticorum”,
Venetiis, 1553.

• Tomás de Aquino, Santo, In libros De anima Aristotelis expositio, Venetiis, 1565.
• Tomás de Aquino, Santo, In octo Physicorum Aristotelis libros commentaria,
Venetiis, 1608.
• Tomás de Aquino, Santo, Opera omnia, Romae, 1570.
• Vio, Tomás de (Cardenal Cayetano), In praedicabilia Pophyri, praedicamenta,
postpraedicamenta, et libros posteriorum analyticorum Aristotelis castigatissima
commentaria
, Lugduni, 1560.

• Voltaire (pseudónimo de Francisco María Arouet), Collection complete des Oeuvres,
Genève, 1764.
• Vorrillong, Guillermo, Super quattuor libris Sententiarum, Venetiis, 1496.
• Zabaleta, Juan de, Obras históricas, políticas, filosóficas y morales, Madrid, 1692.




Pablo de Olavide.




Fuentes y bibliografía:


http://www.bn.gov.ar/descargas/pnbc/estudios/pnbc_estudio10_azamor.pdf
BRUNO, Cayetano, Historia de la Iglesia en la Argentina, Editorial Don Bosco, Buenos Aires, 1970-1971, tomos 6 y 7.
RÍPODAS ARDANAZ, Daisy, El obispo Azamor y Ramírez. Tradición cristiana y modernidad, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, 1982.

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